- Acusan al Kremlin de infiltrar a un espía ruso en el jurado para lograr la preselección de la obra "Plaza Roja... y blanca"
- El boceto muestra "una versión paliducha del Santo Morenico", caracterizado como el presidente de Rusia, Vladimir Putin
El Ayuntamiento de Iruña ha comunicado la ruptura de relaciones diplomáticas con el gobierno de la Federación Rusa tras detectar indicios de fraude en el concurso de carteles de San Fermín de este año. La denuncia se suma a las acusaciones de amaño recibidas por el país más grande del mundo en otras votaciones occidentales como el Brexit o las elecciones a la presidencia de Estados Unidos, y podría suponer la expulsión de la montaña rusa de las barracas de Pamplona. "No nos gustaría tomar esta medida, sobre todo si hace calor y buen tiempo, pero es posible que se prohíban también los almuerzos con ensaladilla rusa", ha declarado visiblemente preocupado el alcade pamplonica, Joseba Asirón.
El Caravinagre eslavo
Maider Beloki, concejala delegada de Cultura y Educación, ha explicado que el agente infiltrado en el jurado no levantó sospechas en un primer momento porque "su aspecto era normal, sin pinta de haberle dado el sol en mucho tiempo. Llevaba un gorro con orejeras y borreguillo por dentro muy calentico, típico de la primavera pamplonesa, y hablaba poco. Lo justo dijo que se llamaba Gari y claro, yo pensé que venía de Garikoitz". Tampoco el lienzo presentado por el KGB, que muestra al presidente ruso en la piel del mismísimo Santo, disparó las alarmas del tribunal: "al final seguía la base continuísta del semblante avinagrado de todos los años y, que quieres que te diga, ya hubo una vez otro igual con la cara de Paquirrín", ha justificado.
Del Baile de la alpargata al Ballet de la alpargata
¿Pero cuál era el objetivo real de la inteligencia rusa en su afán por torpedear el referéndum sanferminero? Aunque el falso miembro del jurado ya ha sido detenido y trasladado a dependencias de la Policía Municipal para declarar, todavía no ha soltado prenda sobre los métodos poco ortodoxos empleados en esta misión. "Se niega a quitarse el gorro y además no dice nada, está especialmente entrenado para soportar los más duros interrogatorios. Ni tentándole con una boina nueva de las buenas habla el tío. Aún así, las primeras pesquisas apuntan a que intentaban impulsar el consumo de vodka durante las fiestas, bien sustituyendo al pacharán, bien reemplazando incluso el champán en el sorbete del Gazteluleku", se ha informado a este medio.
Genial, como siempre
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