2016/11/30

  • La cadena de televisión americana está estudiando los mecanismos de defensa grupal desarrollados por las pandillas pamplonesas
  • Según las primeras investigaciones, sólo una de cada mil personas que intentan introducirse en una cuadrilla logra finalmente formar parte de ella
Una cuadrilla en posición defensiva por el paseo del Arga

El canal televisivo National Geographic, especializado en la difusión de documentales sobre exploración científica, histórica y cultural, se encuentra estos días en Pamplona grabando un reportaje sobre las técnicas utilizadas por los grupos de amigos de la ciudad para mantenerse impenetrables ante el acecho o la amenaza de incorporación de un extraño. "Las conclusiones que hemos obtenido de las cuadrillas hasta el momento son sorprendentes, empezando por su ciclo de vida. A diferencia del resto de seres vivos de la Tierra, las cuadrillas nacen pero raramente crecen (por no hablar ya del tema de la reproducción), y lo que resulta más insólito todavía: nunca mueren", ha señalado el director del estudio, Joseph Mucchio.

La cuadrilla nace unida y permanece unida

El análisis antropológico de los clanes pamplonicas revela que la mayoría de ellos surge de manera fortuita, durante la etapa colegial de los miembros y con una clara segregación por sexos: "desde el principio se crean unos grupúsculos diferenciados de niños y niñas que permanecen invariables en el tiempo y que, a la postre, resultan fatales para los intentos de cópula y cortejo", ha indicado el sociólogo Charly Pocoyo, que aún desconoce si dicho comportamiento se debe a razones congénitas o ambientales. "Quizás el carácter frío de los integrantes de estas tribus se deba al clima, y de ahí la necesidad de arroparse entre ellos. La cuadrilla es como una secta, los pocos que consiguen acceder a una lo hacen porque ya conocen a alguien dentro".

Sólo bajan la guardia en Nochevieja y San Fermín

Entre las tácticas que despliegan las cuadrillas ante la aproximación de un desconocido, destaca la del caparazón o la coraza, que consiste en formar un corro infranqueable para cualquiera que intente romper sus líneas, o la del camaleón, en la que adoptan una actitud pasiva de mimetización con el ambiente "con la esperanza de no ser vistos". "Cuando se les acerca alguno hacen como que no va la cosa con ellos, aunque la estrategia más habitual es la preventiva: huir frente al peligro de entablar comunicación con un ajeno", aclara Pocoyo, que reconoce la ventaja proporcionada por su avanzado conocimiento del medio, "pues siempre frecuentan los mismos bares". "Su control absoluto del territorio les permite percatarse rápidamente de la presencia de un intruso".

0 comentarios:

Publicar un comentario en la noticia