2016/11/02

  • El tudelano Gorka Bezón consiguió terminar el campeonato sin dar su brazo a torcer
  • "Me ha ganado por canso, desde el primer momento se mostró muy firme en su posición y no ha habido forma de aguantarle", ha declarado el segundo clasificado de la prueba, el zaragozano Roberto Zudo
Un momento de la final de la lucha de brazos

Ya es oficial: la Comunidad Foral de Navarra cuenta por fin en sus filas con un campeón en lucha de brazos. Se trata de Gorka Bezón, un joven de Tudela de 36 años de edad que ayer conquistó el título internacional tras superar en la final al aragonés Roberto Zudo, vigente campeón de la competición. Bezón (o "Cansalmas", como se le conoce en este mundillo) alcanzó la última fase del torneo al imponerse en las 12 eliminatorias previas a rivales intrincados como vascos y argentinos, y no cejó en su empeño hasta que el número uno baturro sucumbió en el combate decisivo, dándolo por imposible.

Vencedor tras mantenerse en sus trece (asaltos)

Pese a lo que pueda parecer, Gorka Bezón ha atribuido su éxito más a una cuestión de mente que de músculo: "el armwrestling es mucho de cabeza. Hay que mostrarse inflexible en todo momento y ofrecer una resistencia continua, por lo que hay que tener muy dura la mollera", ha explicado. Además, el luchador de brazos foral ha confesado a los periodistas que la actitud y el trabajo diario han sido fundamentales: "yo soy muy perseverante en la vida y me había empeñado en conseguir este trofeo. Tenía mucha confianza en mis posibilidades y cuando se me mete algo entre ceja y ceja, es difícil que no termine saliéndome con la mía".

"Se lo ha ganado a pulso"

Por su parte, el subcampeón maño Roberto Zudo ha encajado con deportividad la derrota y ha manifestado que la postura del contrincante navarro "era inamovible". "Ha estado muy disputado y no me doy nunca por vencido, pero desde el primer apretón de manos sabía que iba a ser complicado sacarle de la cabeza lo de lograr el Mundial. Somos dos tíos de ideas fijas y ambos teníamos muy claro a lo que veníamos, pero por fuerza tarde o temprado alguno tenía que ceder", ha resumido Zudo, al que le ha acabado pasando factura que su técnica se basara más en el juego de muñecas que en la potencia de brazo. "Yo soy más de maña que de fuerza", ha admitido.

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