2016/06/10

  • El presidente de los Estados Unidos visitará Pamplona de incógnito por estrictos motivos de seguridad
  • Ensaya dos horas diarias el baile de la alpargata y está aprendiendo a beber en bota
Barack Obama entrenando con su perro Bo para correr el encierro

Ni limusina oficial, ni recepción en el Ayuntamiento, ni presidencia de la corrida de toros. Barack Obama recalará en San Fermín como un guiri más, sin guardaespaldas ni agentes de seguridad al lado. Así lo han decidido los servicios de inteligencia de los Estados Unidos, que tras estudiar varias opciones se han decantado por esta fórmula para preservar la integridad del mandatario americano. La decisión ha contado además con el beneplácito del presidente, que ya había mostrado su disposición a disfrutar de las fiestas "sin agenda programada, improvisando y haciendo lo que le pidiera el momento", ha declarado Edward Snowden a este periódico.

Operación "Resaca duradera"

De esta forma, lo único confirmado hasta el día de hoy por la Casa Blanca es que Obama aterrizará en España entre el 9 y el 11 de julio, aunque todavía se desconoce cuándo vendrá a Pamplona ni si el Air Force One tomará tierra en Noáin o en el Polígono de Tiro. Tampoco ha trascendido el tiempo que pernoctará en la capital navarra, ni si se hospedará en La Perla, el camping de Mendigorria o en un banco de la Vuelta del Castillo. En una entrevista concedida recientemente al programa de Oprah Winfrey, el presidente demócrata declaró "que ya tiene 54 años y para él las juergas de día son las mejores", así que no se descarta tampoco que el político pueda estrenar el pañuelo antes del encierro y abandonar la capital del Reyno poco después de los fuegos.

Uniforme de camuflaje sanferminero

Los SEAL, la fuerza de operaciones especiales del ejército estadounidense, ha sido la encargada de planificar el despliegue del líder mundial en Iruña y de entrenarle ante posibles situaciones de riesgo, como un cántico de cumpleaños en el tendido de sol o un ardor de estómago. Además, la misión también ha implicado el diseño de un atuendo que permita pasar desapercibido a Obama en Pamplona -con unas gafas de sol de corazones, pantalones remangados y blusón a la cintura-, y la aclimatación del estómago presidencial a la gastronomía sanferminera, con la sangría, el kalimotxo, las magras con tomate y los churros de la Mañueta como platos fuertes del entreno.

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