2017/05/26

  • La peña ha anegado bares y establecimientos comerciales
  • El Instituto Nacional de Meteorología mantiene el nivel de alerta ante la previsión de "buen tiempo y solico" para todo el fin de semana
El torrente arrasó también la Plaza del Castillo

La fuerte subida de temperaturas que ha azotado durante estos días a la capital del Reyno alcanzó ayer su punto álgido originando "una marea humana de la hostia", según han señalado fuentes oficiales. La riada, que comenzó con un goteo continuo de pamploneses a partir de las 17:30h de la tarde, fue cogiendo cuerpo a medida que se arremolinaban en cuadrillas y llegó a su cota más alta pasadas las 20:03h, cuando un grupo de jugadores del Basket Navarra quedó en lo Viejo para echar un cacharro. Armando Cuenca, concejal delegado de Ecología Urbana y Movilidad Sostenible del Ayuntamiento de Pamplona, ha indicado que la situación se vio agravada por la celebración del Juevintxo, aunque también ha admitido que "podía haber sido peor si no llegan a estar de exámenes en la uni".

El deshielo y el final del invierno, causa más probable de la tromba

Cuenca ha dado a conocer algunos datos que reflejan la magnitud de lo ocurrido, como el caudal máximo registrado en la Estafeta o el tiempo medio necesario para llegar a una barra: "los camareros estaban desbordados, no paraban de achicar clientes y aún así se tardaba más de una hora en pedir. Llegaron a dejarse caer 5 tíos/m2 en menos de dos minutos", ha resaltado el de Aranzadi, que también ha reconocido importantes retenciones y cortes de tráfico por silletas en Carlos III. "Ni que hubieran salido los Gigantes", ha comparado, a la vez que ha pedido colaboración a la población en las puertas del finde. "Los habitantes de Iruña enseguida nos crecemos y nos venimos arriba en cuanto sale un rayo de sol, pero tengan cuidado con los carritos, por favor", ha advertido.

"Parecían Sanfermines"

Las afecciones también se extendieron a otras zonas del Casco Viejo como la Navarrería, donde el nivel alcanzado de personas impidió a los vecinos de la zona abandonar sus casas. "No podíamos ni abrir la puerta del portal. Hubo una vecina que había hecho corto de pan y tuvieron que sacarla los bomberos en barca sobre el mar de gente", ha declarado un PTV, mientras otro nos ha confesado que la corriente de iruindarras le arrastró sin remedio desde San Nicolás hasta Jarauta: "fui a pedir un frito de huevo al Río y acabé comiéndome una ración de pulpo en el Oreja". Además, las labores de limpieza de los locales hosteleros se alargaron hasta altas horas de la madrugada, ya que "los clientes habían sudado lo suyo para pillar mesa o un trozo de barril, y luego no había forma de que los soltaran".

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